octubre 08, 2009

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Sucker love I always find, someone to bruise and leave behind.

Encontré el nombre para la hija que no tendrás conmigo. Encontré el ensueño perdido en mi cabeza y el camino de regreso a casa que no se funde en tu Universo.
Encontré mis viejas notas y leí tu patrón cíclico tan claro como el entramado de mi carne.
Saboree más dulce mi tristeza dulzona que se pega al cuerpo y me languidece la mirada y descubrí que no era la vieja tristeza; saboree despacio para notar que no era tristeza y que tampoco te había comenzado a extrañar ni a reconstruir con los trozos de recuerdo que escondí en los brazos para ya no soltarte.

Something borrowed, something blue, every me and every you.

Encontré el camino que no tiene relojes ni calendarios, que no se rige por protocolos encorsetados ni escucha el rumor sordo del absurdo.

septiembre 16, 2009

Sondeando lo insondable

No definiré lo insondable porque fue un término que no acuñé, lo adopté y abrigué en él nuestra volátil relación. Después se transformó en nuestra esquiva relación, nuestra nula relación, nuestra cordial relación y así cada año tenía un nombre distinto bajo el nombre general de lo insondable.
Hoy mientras me miras sin velos sigo creyendo que es "lo insondable" el mejor término para este extraño nosotros.

septiembre 02, 2009

Sobre la memoria

Adquieres, consolidas, almacenas y un buen día, evocas. A veces evocas y se vuelve un mal día.

agosto 21, 2009

I

No necesito explicártelo, ya lo sabes. Tal vez lo sospechas pero no tengo certeza de que así sea.
Hay dos opciones, que no me vuelvas a ver o que no te vuelva a ver.
Nos extrañaremos un tiempo, no más de lo que ya nos extrañábamos; tal vez algunas lágrimas de ambos bandos aparezcan. Yo ya te lloré, cuando estabas y no estabas, en abundancia.

julio 27, 2009

A mi interlocutor callado

He escrito tantas veces sobre volutas de blanco humo, sobre columnas retorcidas de breve vida, pero lo cierto es que más intenso resulta el recuerdo del aroma del tabaco. Acepto que la visión de una mano firme llevándose el cigarro recién extraído de la cajetilla y una cerilla que momentos después le sigue en el camino son seductores, pero más seductor es ese mismo acto si se acompaña por un gesto de entrega (aun momentánea) a la actividad y un total abandono del resto del mundo.
El aroma encadena a su arribo al gusto. El tabaco sin quemar, que al probarlo adormece la lengua y tiene destellos del sabor de tu pecho; el tabaco claro, recién encendido me trae los ojos grises-azulados-verdosos... acuosos y endurecidos. El tabaco fuerte me derriba, me sacude, me violenta el recuerdo con historias confusas llenas de besos furtivos y terribles miradas que invaden y penetran, de mar y lluvias sin final y días que se recuerdan solo en las pocas frases entrecortadas, lapidarias y de mortal filo. Las historias de tabaco fuerte son las de bestias rampantes, de afiladas garras y expuestos afectos, de furtivos y violentos besos que marcan y duelen, saliva lacerando como quemadura de cigarro.
Las volutas son ligeras cortinas que la memoria tiende alrededor de estos recuerdos. Todos son uno. No dejes, amor, de venir con el aroma del tabaco.

julio 22, 2009

Descarrilamiento

Eres un cuervo. Meto un dedo a mi boca, caracolas azules emergen en un estrépito de recuerdos y tos.
Llamé amor al canibalismo con mantelería fina, a la pornografía, al coleccionismo de aves de rapiña, floretes y postales luego de que a quemarropa me dijeras que era el amor de tu vida y te marcharas. También yo te amaba. Era tan joven, la piel del interior de mi boca era aun tersa.
Tenías que dejarme libre para poder ir a conocer a todos los hechiceros e ilusionistas, para fingir agonías, para conocerte.
No puedo traerte al mundo a voluntad, asaltas mis pensamientos mientras camino, cuando me fundo en el oleaje de las calles y no puedo detenerme a buscarte entre la gente. Se acaba el día y no quiero saber más de ti pero se que la ensoñación te traerá de regreso.

julio 08, 2009

Lo límbico

Comencé a extrañarte. Así de simple, caminaba por el jardín de las jacarandas y recordé tu tacto. La tierra mojada y la sombra me llevaron a otro momento. Detesto recordarte así de nítido, temo hacerlo porque el recuerdo me desgasta los cansados brazos vacíos.
Estás en las conversaciones de mi madre y en la lista de invitados de mi hermana. Quieren ahora hacerte partícipe de la trama cotidiana y yo no logro encontrarte, te desdibujaste y te me perdiste camino a la constelación.
En el tránsito manso de la sincronía a la paradoja nocturna te eriges dueño de mis inertes miembros y del torrente multicolor de mis emociones.