abril 01, 2012

Otro domingo, meses atrás

Hace unos meses entré en ansiedad gracias a una película, Reprise. Era un domingo por la tarde, tenía un vaso tamaño malteada lleno de clericot, Heidi haciéndose un mani-pedi en el sillón junto a mi y mi frazada de gatos dispuesta a salir al quite si era necesario; estaba lista para percibir confortablemente y sin sobresaltos. Y apareció esa escena, ese: "girls aren't cool, they can be pretty or 'cute', and with some serious dieting even sexy. They can be nice, dumb but nice. But who wants nice? You want interesting people around you. Has a girl ever introduce you to any new music or recommended a book you didn't already read in high school? Anything just slightly outside of the mainstream. If so, she got it from an ex, her brother, her father."
Bastó eso para trastornar las siguientes semanas; al principio no tuvo gran efecto, era parte de la línea argumentativa de la película, no más; pero al cabo de un rato empecé a analizar mis herencias. Que si el gusto por las orquídeas fue o no un asunto de cultivo a dúo, que si la chica fabulosa era la chica fabulosa de tu amigo y ÉL te la presentó, qué si te fuiste al Instituto porque te lo recomendó tu amigo o estabas escapando de el vizconde demediado ese que te acosó durante años...
Luego vinieron los libros... las chicas ganaron, pero en cuestión musical me lanzaron contra las cuerdas. Ahí estaba ese químico inorganometálico enlistando sus recomendaciones desde su puesto eterno en la sala Nezahualcóyotl, mientras tomaba algún trocito de chocolate Lyndt con sus huesudos dedos... el científico-clarinetista-aquel mareándome con sus sonidos experimentales y su banda de jazz-bossa-nova-pose-garage que me entregaba listas y listas de intérpretes, o los dj's de ocasión que me plantaron algún buen título y me dejaron mordisquearlo con agrado.
Y así, con las ideas en la masa gris, me caché y frené. A veces pareciera que tengo que rendir cuentas de lo que hago con mis días, acomodar mi existencia en unas tablas comparativas, meter mis datos en una base de datos enorme y luego esperar a que me den mi boleto para canjearlo por "aceptación social". Al diablo con eso.
Agradezco a todos la influencia que tienen en mi cotidiano. Desde el librero me contemplan objetos que atestiguan momentos de convivencia, intercambios y transiciones. Mi biografía que es antología y cuento.