No definiré lo insondable porque fue un término que no acuñé, lo adopté y abrigué en él nuestra volátil relación. Después se transformó en nuestra esquiva relación, nuestra nula relación, nuestra cordial relación y así cada año tenía un nombre distinto bajo el nombre general de lo insondable.
Hoy mientras me miras sin velos sigo creyendo que es "lo insondable" el mejor término para este extraño nosotros.