agosto 20, 2008

Ecolalia

Repetir la misma frase hasta que los fonemas se vuelven amorfos, escurren por la garganta para pegarse a la traquea; amenzan con llegar a los pulmones, verde-negro-morado y oro, ¡oh, mis pobres alveolos amenazados con mi mentira!. Me ahogaré en ella si no ceso de repetirla.
"No me importas, no me importas, no me importas".

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